Hacer por hacer o por esperar...
- emmanuelsd
- Sep 3, 2011
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Para muchas personas el fin es su objetivo, trazan metas y no descansan hasta obtener tal o cual cosa. El apego a los bienes es parte de nuestra cultura, cuánto tienes, cuánto vales; poco o mucho todos pensamos en las consecuencias que tendrán nuestras acciones, una vida condicional, si hago esto, obtengo aquello; y es así como nos conducimos.
La acción no tiene valor en si, se valida al obtener lo que pretendemos. En el trabajo es muy común que las personas estén ahí por obligación, porque tienen responsabilidades, porque se asumieron compromisos, porque los padres esperan que profesionalmente seas exitoso. Al conocer a alguien comenzamos a juzgar, qué tiene, qué hace, si permito que se acerque, cómo influirá en mi vida.
Han oído hablar de la supresión del deseo, el que nada desea, nada le falta. Es una postura radical, no conozco a alguien que la siga, supongo que conocería a alguien, que al menos lo intentara, si tuviera amigos budistas. Buda fue un príncipe con todos los lujos que pudiera desear, sin embargo, encontró su felicidad al renunciar a todo aquello.
He estado leyendo un libro muy bueno llamado Bhagavad Guita, algo así como la biblia para los hindúes, en el Krishna instruye a un príncipe sobre como se debe guiar en la vida. Parafraseando, hay dos caminos en la vida, la acción y la no acción; el desprenderse de todos los deseos puede conducir a la inacción, siempre es preferible el hacer al no hacer.
Pero al hacer el error común es el esperar. En el momento en que se deja de esperar, se actúa por actuar, por el deber de hacer, la acción solo implica eso, lo haces porque es lo correcto. No hay buenos o malos resultados, el bien y el mal es solo perspectiva, las ilusiones de las cosas materiales nos atan a un mundo determinista, impidiéndonos ver qué es lo que se encuentra más allá, lo verdadero, lo trascendente.
Pensarán, de cuál fumé y esto para qué sirve. El que tenga oídos, que oiga; no todas las palabras están hechas para todos, pero la verdad es que si llegan a ver más allá de las cosas materiales, de las recompensas efímeras y de la nube de banalidades que nos rodean, la vida cambia, puedes encontrar la felicidad, un sentido más elevado.
Lo que puedo decir, por experiencia, es que, al actuar por gusto y sin esperar nada, todo llega. Al que pide se le da, cuidado con lo que se pide.
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